Desencadenada por una noticia, la historia de una visita a la “Murmansk State Technical University”, en Rusia, y una reflexión sobre los desarrollos técnicos de dicho país.
El 23 de noviembre de este año, en el diario La Nación de Buenos Aires (y en muchos otros medios del mundo), apareció la siguiente noticia: “Rusia inauguró el martes un rompehielos a propulsión nuclear para facilitar sus exportaciones de hidrocarburos a Asia a través del Ártico, en el marco de las medidas de Moscú para reorientar su estrategia energética a causa de las sanciones occidentales por la ofensiva en Ucrania. ‘El desarrollo de [vías marítimas del Norte] permitirá que Rusia aproveche plenamente su potencial de exportación y establezca una ruta logística eficaz, incluyendo al sudeste asiático’, afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso retransmitido por videoconferencia durante la ceremonia de inauguración, en San Petersburgo”.
‘El desarrollo de [vías marítimas del Norte] permitirá que Rusia aproveche plenamente su potencial de exportación y establezca una ruta logística eficaz, incluyendo al sudeste asiático’, afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin
Es entonces que me pareció oportuno contar una anécdota.
Hace un par de años, en septiembre de 2016, tuve la oportunidad de visitar la Murmansk State Technical University (conocida por sus siglas, MSTU). Solo para dar una idea, se podría decir que la MSTU es una especie de Universidad Tecnológica Nacional perteneciente a la marina militar rusa.
Es aquí interesante recordar que la ciudad de Murmansk queda a solo unos 25 km de la gran base de la marina en Severomorsk, que es la principal del ártico ruso y que tiene una característica muy interesante: sus aguas nunca se congelan porque hasta allí llegan los efectos de la corriente del Golfo de México.
Yo me había enterado que la gente de la Cátedra de Control Automático de la MSTU había diseñado (o al menos eso decían) el sistema de control de toda la serie de rompehielos nucleares que se estaban construyendo en Rusia. Si mal no recuerdo, el primer buque de esta serie se llama ARTIKA, y ya tiene varios años.
La gente de la Cátedra de Control Automático de la MSTU había diseñado (o al menos eso decían) el sistema de control de toda la serie de rompehielos nucleares que se estaban construyendo en Rusia
Frente del edificio de la Murmansk State Technical University
Entrada al Laboratorio de Control Automático
Fuimos recibidos (escribo en plural porque yo estaba con mi esposa, quien fue testigo de todo el evento) por el titular de la cátedra “Dr. Profesor”, quien estaba vestido con un impecable traje con chaleco, y por su “Adjunto”, quien además oficiaba de intérprete, ya que el “Dr. Profesor” no sabía una palabra de inglés.
Inicialmente fue una charla muy amena. Primero en una gran sala de reuniones, y un buen rato después nos invitaron a conocer el Laboratorio de Control Automático.
Durante el recorrido en el laboratorio, el “Dr. Profesor” me explicaba con gran pompa, traducción del “Adjunto” mediante, cómo era todo el desarrollo que habían hecho. En un momento de la explicación, el “Dr. Profesor” me dijo que estos rompehielos estaban equipados con dos reactores nucleares con una potencia de 60.000 MW cada uno. Es muy posible que haya puesto una expresión algo sonriente cuando le mencioné al “Dr. Profesor”, vía el “Adjunto”, que eso era imposible.
El “Dr. Profesor” me dijo que estos rompehielos estaban equipados con dos reactores nucleares con una potencia de 60.000 MW cada uno
Conversaron entre ellos varios segundos, en ruso obviamente, y acto seguido el “Adjunto”, de muy mala manera, me dijo: “¿Cómo es posible que Ud. ponga en duda las palabras del ‘Dr. Profesor?”. Creo que en ese momento estaban convencidos que yo era una persona que no entendía nada al respecto, y por lo tanto el “Dr. Profesor” le ordenó al “Adjunto” que escriba la cifra en un pizarrón.
El valor correcto era 60.000 KW, lo que equivale a 60 MW
El valor correcto era 60.000 KW, lo que equivale a 60 MW. Todo este diálogo podría parecer solo una simple confusión con las unidades, pero realmente a mí me quedó la fuerte impresión de que se trató de algo mucho más conceptual. Cuento todo esto simplemente porque creo que varios de los desarrollos técnicos de Rusia es posible que sean bastante más endebles de lo que parecen.
Tengo otra anécdota en una empresa “hi-tech” de San Petersburgo, que incluye a un supuesto Premio Nobel y un principio de incendio, pero eso será para otra vez.
Creo que varios de los desarrollos técnicos de Rusia es posible que sean bastante más endebles de lo que parecen
A la izquierda se lo puede ver al “Adjunto” mientras traducía las explicaciones de “Dr Profesor”, quien nunca aceptó aparecer en una fotografía. A la derecha, el pizarrón con la cifra informada de la potencia de cada reactor.
Por Luis Buresti
Nota del autor
Escribo “Dr Profesor” y “Adjunto” simplemente porque, desde donde escribo, no tengo el dato de sus nombres.