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05/04/2017

El (H)error - ¿por qué nos equivocamos?
10mo Artículo

¿Cómo están estimados amigos? Volvemos a encontrarnos, recorriendo amenamente desde el punto de vista de un observador atento (sin pretender un estudio psicológico profundo) que cosas nos pueden llevar equivocarnos. Veremos cómo funcionan los arquetipos/ preconceptos y los esquemas pre armados a nivel mental. Uds. habrán notado por ejemplo en la publicidad que vemos todos los días por la televisión si necesitan darle seriedad a un comercial, para promocionar un determinado producto, por ejemplo medicinal, el profesional que lo informa suele ser un médico con anteojos.

 


Esto opera inconscientemente en nuestra mente haciendo parecer que el que habla es o ha sido muy estudioso, muy profesional y serio, es algo automático, y en algunas de las notas anteriores ya nos hemos referido a las “heurísticas”, mecanismos simplificados que nos permiten “ahorrar neuronas”. Dentro de este rubro podemos incluir los preconceptos, prejuicios, fanatismos, etc.
Pero a veces estos preconceptos nos pueden jugar una mala pasada, veamos este ejemplo:

 


Un amigo que había visitado USA, había observado que en un bar aparecía todos los días un tonto, y los clientes que estaban siempre le hacían la misma proposición: ¡escoge una moneda entre dos (dime y nickle) y te la llevas!


Ustedes sabrán que estas monedas de USA tienen la particularidad que el dime (10 centavos de dólar) tiene menor tamaño que el nickle (5 centavos de dólar), a pesar que sus valores monetarios sean inversos (mas grande - menor valor monetario).
El tonto sistemáticamente elegía la moneda más grande, es decir el nickle de 5 centavos, y se la llevaba. Por supuesto después los parroquianos del bar cuando el tonto se iba, se reían de él, por su “fallida” elección.
Mi amigo un día lo espero al tonto fuera del bar y cuando salió le pregunto si no se daba cuenta de la diferencia de las monedas, y de cual tenía mayor valor. Y el “tonto” le respondió:
“Señor, ¡por supuesto que se la diferencia entre ambas monedas, pero siempre selecciono la de menor valor, para el juego siga todos los días. Si eligiera la otra, se darían cuenta y ya no tendría mi moneda diaria, el juego terminaría”.
Entonces, ¿quién era el tonto? El supuesto “tonto”, o todos los habituales “ inteligentes” del bar.
Esto si bien es un ejemplo novelado, puede suceder habitualmente, y nos puede pasar a nosotros cuando tenemos preconceptos respecto de las personas, en cualquier sentido. No todos los “inteligentes” son siempre inteligentes, o los “tontos” son siempre tontos.
Tengamos en mente el famoso “piola” argentino, que se sabe todas las cosas…… ¡cuántas equivocaciones y desastres hemos sufrido (y sufrimos) gracias a estos personajes!
La sugerencia es tener la mente abierta y no dejarnos llevar por los preconceptos, dejar un margen para pensar si las cosas son lo que parecen a primera vista o no podrán tener otra explicación.
Queridos amigos, nos volveremos a encontrar Dios mediante en la próxima.


Si te perdiste los artículos anteriores los podes leer en los siguientes link:

El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 1er artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 2do artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 3er artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 4to artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 5to artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 6to artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 7mo artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 8vo artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 9no artículo

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