Banner Aadeca - Novedades

Últimas Noticias

23/03/2017

El (H)error - ¿por qué nos equivocamos?
9no Artículo

¡Hola estimados amigos! Nos volvemos a encontrar para seguir transitando alguna de las innumerables causas de porqué “metemos la pata”, y nos podemos equivocar. Hoy veremos causalidad versus casualidad.

El cerebro humano le tiene temor a lo inexplicable, a los misterios, lo oculto, siempre trata de encontrar las razones de porque las cosas ocurren y que relación puede haber entre distintas cosas que pasan, es decir buscamos afanosamente las relaciones de causalidad (las causas de las cosas). Veamos un ejemplo:


En una Playa de una ciudad determinada se dio un extraño fenómeno, se observaba que cuando aumentaba el consumo de helados en la ciudad, simultáneamente se observaba un aumento de los ahogados en las playas.


Se comenzó a investigar las posibles relaciones, se analizó la composición de los helados para ver si podían contener algún compuesto que relajara los músculos, o lentificara la respiración, y promoviera mas ahogados, y otras muchas posibles causas pero no se llego a ninguna conclusión, parecía que no había una relación directa de causalidad entre el consumo de helados y los ahogados, por más que se investigara.
Pero como suele suceder las cosas eran más sencillas:


Cuando se produce un aumento de temperatura en una ciudad balnearia, ¿no es cierto que la gente consume más helados? Y además simultáneamente la gente ante el aumento de la temperatura suele ir mas a las playas que se vuelven más concurridas, y considerando que muchas veces no se puede reforzar la cantidad de guardavidas, esto motiva que también aumenten la cantidad de ahogados con el aumento de temperatura.
En consecuencia la verdadera “causalidad” es el aumento de temperatura con el aumento de consumo de helados, y el aumento de ahogados. No la relación cantidad helados/ cantidad ahogados.


En la Edad Media Guillermo de Ockham, fraile fransciscano inglés definió el principio de la parsimonia (también llamada la Navaja de Ockham) que establece que a igualdad de condiciones la explicación más sencilla suele ser la correcta, es decir no hay que buscar intrincadas relaciones entre las cosas para explicar los sucesos o las cosas que ocurren. Muchas veces las cosas ocurren por “casualidad” más que por causalidad. Esto no lo recordamos a veces cuando vamos caminando por la calle y un pajarito o paloma nos deja un “regalo” sobre nuestro saco nuevo, en ese momento decimos ¿por qué justamente a mí?, y deberíamos decir ¿por qué no a mi?, estos son sucesos al azar que no siempre están ligados a una explicación. También las enfermedades, accidentes, etc. No todo tiene explicación y causas. Tratemos de recordarlo.


Bueno amigos, nos volveremos a encontrar Dios mediante en próximos números.


Si te perdiste los artículos anteriores los podes leer en los siguientes link:

El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 1er artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 2do artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 3er artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 4to artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 5to artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 6to artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 7mo artículo
El Herror - ¿por qué nos equivocamos? - 8vo artículo

BUSCAR EN NOTICIAS

CATEGORÍAS

ARCHIVOS